El argumento de la similitud estructural que hay entre el tio y los animales sobresalientes fracción 2 Antecesor general El proceso de humanización Como recientemente concluía el doctor Aguirre, S. I., en el magisterio de la Iglesia católica no hay «nada que, por razón dogmática, se oponga a la moderna creencia biológica de la evolución? El fixismo, en estos últimos años, no ha aportado un solo argumento filosófico positivamente a su favor, ni un solo hecho experimental que lo confirme, ni una idea fecunda en biología teórica, ni un avance útil en biología práctica: es fuerza reconocerlo» [0] Entendemos como ?proceso de humanización? el lento proceso del que aparece y se desarrolla la cultura, a dividir de la fundamento biológica que la hace posible. Éste es un proceso que debe entenderse como paralelo al de hominización. La separación que de ambos procesos se realiza en las explicaciones de la evolución del hombre, se debe a la necesidad de simplificar la exposición, pero es equívoco, porque pueden entenderse como dos procesos consecutivos, cuando en verdad son simultáneos y de influencia recíproca. En suma, el tio es artículo de un largo y complejo proceso de vinculos y mutuas influencias entre agentes biológicos y culturales. El nacimiento de las creencias evolucionistas ha hecho que, en la actualidad, se acepte que todos los seres vivos son fruto de la evolución de especies anteriores, incluído el ser humano. Al proceso a través del cual ha aparecido el tio como fruto de la evolución a dividir de otras especies, en concreto, a dividir de los primates de la familia de los homínidos, se le llama hominización.[1] El desarrollo del cerebro y en consecuencia de la inteligencia, posibilitó la creación de nuevas y mejores herramientas, y eso permitió dar respuestas más eficaces a los desafíos de la supervivencia como fueron la vida social, el aprendizaje, la cooperación etc. Estas capacidades son a su vez favorecidas por la selección natural, pues los individuos más capacitados logran sobrevivir y abandonar más descendencia. La cultura se convierte en un agente efectivo para la supervivencia. Y este proceso da como resultado, a la larga, homínidos cada vez más cerebrados y simultáneamente, mas culturizados. Hasta llegar al humano actual que es un homínido esencialmente cultural. En este sentido, por cultura debemos entender, de manera amplia, todo un conjunto de capacidades y de costumbres, que no se adquieren por herencia genética, sino por el aprendizaje, gracias a la relación social con los otros congéneres. Probablemente, los restos de los primeros microorganismos que aparecieron en el planeta han desaparecido para siempre. La carencia de fracciónes duras en esos primeros seres vivos y la metamorfosis de las rocas del período arcaico facultan augurar que la anécdota de los primeros pasos de la vida en vuestro planeta permanecerá desconocida para siempre. Se supone que los primeros aglomerados orgánicos se origi naron en las aguas cálidas de los océanos de hace más de 2.000 millones de años. De esta primera fase de la evolución de la vida se conservan algunos pedazos de pizarra donde surgen fosilizados res tos gelatinosos, dotados de función clorofílica y capaces, por tanto, de producir el alimento básico de todo ser vivo; a saber, los hidratos de carbono. En estos primeros conglomerados orgánicos, se supone que fueron diferenciándose gradualmente algunos órganos elementales, como los orificios bucales y excretorios o los flagelos de las algas, que fueron seguramente los primeros antecedentes de los órganos de locomoción autónoma de los seres vivos. Por supuesto, aquí no vamos a intentar realizar un mal resumen de lo que se descubre bien expuesto en cualquier manual de his toria natural. Bástanos indicar que desde que, en el Precámbrico inferior, aparecieron los primeros conglomerados de prótidos y las primeras macromoléculas y las bacterias, hasta que los primeros prehomínidos ? el Oreopithecus, por ejemplo ? hicieron su aparicion en el Mioceno , transcurrieron mas de 2000 años de filogénesis. La cultura tiene dos polos claramente establecidos: 1º La relación del homínido con el medio, esto es, el desarrollo de la técnica, que se concreta en la creación de herramientas, vivienda, etc., que le faculta sobrevivir más eficazmente en el medio. 2° La relación social con sus propios congéneres, que se concreta en la organización social, la cooperación, el aprendizaje, etc. Y en este polo adquiere especial relevancia la comunicación y el lenguaje. Entendiéndolo así, el grado de evolución de los homínidos se corresponde con el grado de evolución de su cultura, que consiste en una gran cooperación e interacción social. Como en su espacio hemos señalado es, posiblemente, en el Horno Habilis donde se produce el salto a la evolución cultural. En esta especie el proceso de aprendizaje de las crías, y lo que, de forma muy genérica, podemos denominar ?conducta inteligente? inicia a resultar muy eficaz para la adaptación al recurso y para la supervivencia, no dependiendo ya exclusivamente de las capacidades heredadas genéticamente. Este proceso se acelera en las especies posteriores y el aprendizaje cultural se convierte en un mecanismo de selección cada vez mas importante, pues los individuos intelectualmente más capaces son favorecidos por la selección natural, a la que hay que añadirle otro agente primordial que se superpone, la selección cultural. Esta consiste en la selección por fracción del grupo (de forma consciente o no) de aquellos individuos más capaces intelectualmente en detrimento de los menos capaces. Acelerándose, así, la selección y la evolución. Vida en grupo y cooperación Las transformaciones biológicas que hemos visto provocarán el nacimiento inmaduro de crías y, por tanto, una prolongación del periodo de crianza, y del periodo de aprendizaje. La prolongación de la infancia implica una gran dependencia de las crías y por tanto un gran cuidado de los adultos que han de mantener grupos más estables. El aprendizaje está menos asociado a la maduración física y más a la transmisión de los conocimientos acumulados por la horda. Esta transmisión posiblemente se realizaba tanto por reiterada observación e imitación, como la realizan los simios actuales, como de forma directa, con lo que la función del instinto va dejando paso a la del aprendizaje cultural. Esta nueva verdad favoreció y a su vez se vio favorecida por una agudización de los hábitos sociales, desarrollándose un comportamiento que sería primordial para el éxito evolutivo, nos referimos a la cooperación estrecha y permanente del grupo, lo cual permitió una gran explotación del medio, una más abundante recolección, mas sencillo localización y obtención de carne, ya por la carroña que había que disputar a los competidores, ya por la caza de algunos animales. La cooperación aumentó, también, la capacidad de defensa frente a los depredadores. Todas éstas eran conductas muy elaboradas y complejas que exigían una gran coordinación social. La alimentación se realizaba en grupo, lo que estrechó los lazos sociales, el desarrollo de la afectividad, favoreció la comunicación de la experiencia social, etc. Y el empleo de nuevos útiles necesitaba de un adiestramiento que supuso el fomento de vinculos de aprendizaje entre los individuos del grupo, a la vez que produjo un incremento de la densidad de población. Comunicación y lenguaje El homínido evoluciona más rápidamente al crecer la complejidad de su medio. A gran diversidad de experiencias, gran número de distintos estímulos a los que el individuo ha de aprender a contestar adecuadamente. Todo lo que hemos visto exigía conductas más complejas y con ellas el desarrollo de la capacidad de emitir y diferenciar gran número de voces. El homínido empieza a dirigir sus gritos al servicio de esa vida social. El grito deja de ser exclusivamente una respuesta a estímulos externos, como expresión de dolor, temor o amenaza, y adquiere una función nueva, anunciar lo que se va a realizar en presencia de otros para enseñarles o para solicitar su colaboración. Es éste un progreso importante para la posterior culminación en la palabra. Así, parece que el empleo de útiles y la actividad cooperante fueron decisivos en el paso del mero grito animal al primer esbozo de lenguaje articulado. Por su parte, la selección natural actuaría en favor de aquellos individuos con gran capacidad manual, y de emitir y percibir un gran numero de voces. Esto produciría un notable cambio somático: cambios en la laringe para poder articular los nuevos sonidos y, en las últimas etapas de la hominización, el desarrollo del cerebro. La progresiva implantación y perfeccionamiento del lenguaje tuvo consecuencias evolutivas trascendentales, en cuanto que permitió transmitir oralmente la particular experiencia desvinculada espacio-temporalmente de los hechos. El lenguaje es el artefacto más correcto para adquirir y transmitir experiencia sobre todos y cada uno de los seres y procesos del universo, naciendo así la experiencia social. En definitiva, la verdad ha podido someterse progresivamente a la acción humana desde que fuese expresándose en lengua. El lenguaje es el último paso que faculta al homínido desprenderse de su recurso animal y sustituirlo por un recurso social humano. Este implicativo cambio cualitativo de recurso implica romper el equilibrio en el que se encontraba frente a las demás especies. Ahora, el tio primitivo se adelanta en su acción a las otras especies, interfiere en sus recursos alimentarios, y emplea nuevas especies como alimento, convirtiéndose escaso a escaso en el animal hegemónico. En cualquier caso, lo dicho no debe entenderse como una sucesión de fases, sino como una interrelación múltiple de agentes en la que se da influencia recíproca constante entre ellos. Las transformaciones anatómicas, como la liberación de las manos y sus responsabilidades manipuladoras eran un desafío al cerebro que debió dar órdenes cada vez más complejas y sutiles que forzaban a las manos a incrementar su habilidad y exactitud para desarrollar instrumentos cada vez más complejos y perfectos. Esto a su vez exigía un cerebro cada vez más voluminoso y complejo en sus conexiones, y por tanto exigía la probabilidad de crecimiento del cráneo. El incremento del cerebro significa más inteligencia y comportamientos depredatorios, sociales, etc., más refinados. El éxito de este proceso posibilitó la supervivencia y prosperidad en el nuevo hábitat dando una respuesta apropiada tanto en cuanto a las ventajas como a los peligros.?[3] ?Tan sólo desde el Silúrico inferiór, en que surgen los vertebrados ancestrales, fluviales, hasta el momento en que emergen los primeros antropoídes hominoideos, transcurre nada menos que un lapso de cerca de 500 millones de años, Restos de criaturas hominoideas jalonan despues un largo período de millones de años, mientras los cuales se van separando de algúnas familias una de las cuales está representada por los actuales orangutanes,gorilas, chimpancés, y otra por la especie humana. En efecto, de una rama del mismo tronco del que proceden los actuales póngidos bajan también vuestros remotos antepasados,los australopitecus o parántropos, chiquitas criaturas de una talla menor que la del gorila, pero gran que la del chimpancé o el orangután, con un peso que se calcula entre los 25 y 50 kilogramos, y que ya caminaban erguidos pese a lo exiguo de su cerebro. Todavía muy semejantes a los actuales antropomorfos, estos australopitecus poseían una faz hocicada y una frente huidiza,con un cráneo hundido cuya capacidad usual oscilaba entre los 500 y los 600 centímetros cúbicos (en determinado caso no llegaban siquiera a los 400 c.c.). No está probado que estos prehomínidos poseyeran una cultura, pues los pretendidos instrumentos encontrados junto a los restos de los australopitecus eran seguramente restos anturales de guijarros tallados caprichosamente por la particular naturaleza. A pesar de todo, estas chiquitas criaturas, que vivieron hace un millón de años en el África del Sur, representan un evidente paso en el sendero hacia la hominización, por cuanto su postura erecta y la liberación consiguiente de las manos, así como su vida no arbórea, hubieron de exigirles enormes trabajos adaptativos que abrieron el sendero hacia escalones filogenéticos superiores. No está muy claro, sin embargo, que los australopitecus fueran un precedente directo de los posteriores pitecántropos. Más bien parece que representaron simplemente una línea divergente, una especie a extinguir que, aunque procedente del mismo tronco básico de los primates, siguió una dirección diferente de la que condujo a a los genuinos hominidos. Ya en esa línea y hacia la misma estación en que vivió el australopiteco, surge el homo habilis, probable antecesor del homo erectas. En cualquier caso, se sabe que el Pithecanthropus erectlus, descubierto en Java portel galeno holandés Eugéne Dubois en 1891, vivió unos cuantos cientos de miles de años después que los austraIopitecos y el homo habilis ? hace aproximadamente recurso millón de años ?, y que representa un paso ya más definido en el proceso de hominizcación. Claramente, los pitecántropos representan uno de los «eslabones perdidos» profetizados por Darwin, y aun cuando su mentón rudimentario, su coronilla plana, sus masivos arcos superciliares y su faz hocicada manifestaran características todavía muy alejadas de las del tio actual, su capacidad craneal ? decisiva a la hora de juzgar la capacidad adaptativa de una especie? se acercaba a los 1.000 c.c. y superaba con mucho a la de sus predecesores los australopitecus, y también a la de los simios actuales. Este grupo hominoideo, que surge en el Pleistoceno recurso y al cual pertenecen también muchos ejemplares del Smanthropus (cuya capacidad craneal fluctua entre los 1.000 y los 1.100 ce), corresponde. a una fase de hominización rudimentaria, pero de hominización, al fin y al cabo. A juzgar por lo que se ha podido reconstruir de su vida, habitaban en cavernas, utilizaban el fuego, tallaban útiles de piedra, martillos, también con trampas, conseguían, al parecer, cazar animales físicamente muy poderosos (elefantes, rinocerontes, bisontes, búfalos, osos, antílopes, tigres y leopardos); pero les faltaban dos ingredientes básicos: un cerebro más extendido y cultura. Posiblemente, esos alardes venatorios de los pitecántropos suponían una labor de equipo y un lenguaje elemental capaz de mantener una organización social mínima. Con todo, el nivel de hominización de los pitecántropos parece haber sido muy rudimentario. A lo que se sabe, practicaban el canibalismo y gustaban, como los actuales antrpófagos melanesios, de extraer los cerebros de los muertos para saborearlos como exquisitas golosinas. Sus huesos aparecen, efectivamente, mezclados con los de la caza, y nada indica en ellos que enterraran a sus muertos ni que practicaran ritos o poseyeran un arte ornamental. Su cultura fue, por consiguiente, más bien una precultura; es decir, una organización social mínima en que unas técnicas subsistenciales rudimentarias estaban al servicio de fines vitales de pura supervivencia. Hacia la mitad del segundo interglacial (hace unos 350.000 años), los pitecántropos se extinguieron y fueron sustituidos por grupos ya muy cercanos al homo sapiens de Neanderthal, esto es, muy cercanos al paleoántropo u tio arcaico. Se sabe que este tio presapiens poseía una cultura elemental; sus hachas bifaces eran ya muy sobresalientes a las de los pitecántropos; su alimentación se componía de caza y granos, eran erantes y que frecuentaban sobre todo las orillas de los ríos y los lagos. Cuando este grupo, que dura unos 100.000 años, se extingue, ya han aparecido los primeros ejemplares del género humano propiamente dichos, esto es, los paleántropos de Neanderthal, de Rodesia y de Solo, que poseen ya una frente recta, una dentición que demuestra que las manos han sustituido al hocico en muchas funciones adaptativas, una capacidad craneal muy parecido a la vuestra y una cultura típica del Paleolítico inferior. Su técnica, mas avanzada, les podía tallar hachas más perfectas que las bifaces; sabían utilizar,por supuesto, el fuego, enterraban con ritos que suponían ciertas teorías religiosas, se pintaban los cuerpos, usaban amuletos y practicaban ritos de caza. En esencia, biológica y culturalmente, el tio de Neanderthal había trascendido ya los niveles de la animalidad; pero súbitamente, en el tercer período interglacial, hace unos 50.000 años, esta especie desapareció sin abandonar apenas rastro, y en toda la superficie del planeta quedó, como único representante del género homo, el tio de Cromagnon, que venía compartiendo la escenario paleolítica con el tio de Neanderthal desde muchos miles de años atrás, quizás desde hacía más de 100.000 años. A dividir de entonces, una sola especie, la nuestra, quedó a la cabeza del largo proceso evolutivo que, a masivos rasgos, acabábamos de describir . Con su cerebro más extendido (1.750 c.c. por término medio), este tio nuevo, este neoántropo, produjo una cultura que se desarrolló relativamente escaso mientras los 100.000 años del Paleolítico superior, pero que a dividir del Mesolítico y del Neolítico comenzó a progresar con ritmo creciente, hasta desembocar en la vertiginosa civilización actual. Biológicamente, apenas podrían descubrirse diferencias sensibles entre los primeros tíos de Cromagnon y vuestros contrmporáneos; pero las diferencias culturales que nos separan son fabulosas, al menos en lo que respecta al conocimiento y dominio del mundo exterior. A juzgar por lo que opinan algunos biólogos especializados en anatomía del cerebro, la evolución del cerebro humano todavía no se ha detenido; concretamente, hay indicios de que los polos frontales del mismo, es decir la zona del cortex que más directamente parece intervenir en el ejercicio de las funciones intelectuales su en una especie de forcejeo para agenciarse un gran lugar para su expansión. Pero dejemos aparte ahora la probabilidad de que el tio del futuro cuente con un cerebro sobresaliente al nuestro, y concentrémonos por un momento en el hecho de que el tio de hace cincuenta mil años, que fabricaban hachas de sílex y llevaban una vida nómada, y la población actual de las masivos metrópolis tecnificadas, no presentan diferencias aparentes en lo referente a su dotación cerebral. Expuesta la cosa de otro modo, lo que ocurre es que, con las mismas estructuras neurobiológicas, un tio puede habitar en la barbarie, en la Atenas de Pericles o en el mundo técnico del presdente.A partir, pues de algun momento de la evolución biológica, lo que entra en jeugo para continuar el progreso de la especie es un agente nuevo: la cultura, la acumulación y transmición de conocimientos. terminado el proceso biológico de hominización, en el Paelolítico, con la fantasma de los tios de Cromagnon, estabilizado ya (al menos momentáneamente) el proceso de cerebración de la especie, ocurre que un primate, el Pithecatropues erectus, utilzia su cerenbro y sus manos para cosntruir instrumentos que potencien y prolonguen su capacidad de acción. Entre la naturaleza y el nuevo homínido se va a interponer asi una realdiad nueva, una especie de intermundo tecnico, todavía muy rudimentario, pero que es la puerta que abre el sendero pra als prodigiosas proezas científicas que vendrán mas tarde. El término, pues , del proceso de cerebración es la instalación de los homínidos en le mundo de la cultura, el salto a un mundo nuevo en el mundo de la cultura, el salto a un mundo nuevo en el que nada esta hecho y cuya esencia consiste, nada mas y nada menos, que en la necesidad de inventarlo todo.?[4] El inicio de los homíndos ?El hallazgo de Michel Brunet puede calificarse de fantástico por muchas razones. Brunet lleva trabajando mucho tiempo en la región del desierto de Chad. Ya en 1995 descubrió restos de «Australopithecus bahrelghazaly», que en aquel momento no fueron suficientemente valorados por la comunidad científica porque fueron escasos. De determinado modo, la fantasma ahora de un cráneo bastante completo de un homínido perteneciente a un nuevo género y a una nueva especie, viene a realizar justicia a la significativo labor realizada mientras años por este paleoantropólogo de la Universidad francesa de Potiers. El descubrimiento arroja luz sobre una estación desconocida hasta la fecha. En ese sentido, abre el sendero para aproximarnos al inicio mismo de los homínidos, a esa delgada línea evolutiva que conduce a los chimpancés o a los humanos. Se considera que la separación entre el tio y el mono se produjo hace entre cinco y siete millones de años, según los datos aportados por la genética. El cráneo hallado en Chad tiene entre seis y siete millones de años, lo que lo convierte en un ejemplar único para vislumbrar los secretos de esa bifurcación genética y que, por otra parte, demuestra la conexión que actualmente tiene lugar entre la Paleontología y la Genética. Otra de las curiosidades que rodea este fantástico descubrimiento es su localización. Tradicionalmente se ha pensado que la separación de la línea evolutiva se produjo en el este del continente africano, donde se suponía que se asentaron los antecesores humanos hace seis o siete millones de años. Pero este cráneo ha aparecido en pleno instituto de África, lo que abre enormemente el área de búsqueda de los primeros homínidos y puede contribuir de manera extraordinaria a saber algo más de vuestros orígenes. La capacidad craneal del fósil descubierto se considera entre 320 y 380 centímetros cúbicos; por lo que es inferior a la de los chimpancés. Se trata de un cráneo chico -de unos 18 centímentros de largo- que, no obstante, muestra un apariencia facial que recuerda a la de los Australopithecus, que son entre tres y cuatro millones de años más recientes. Esa característica confirma que podemos estar ante el antecesor común, equidistante de las dos especies en el momento de la bifurcación. Aunque queda mucho por investigar, el hallazgo abre la puerta a precisar el inicio de los homínidos.? [5] Aunque hay líneas clara desde los tempranos australopitecus y los humanos actuales, estas no son todavía suficientemente continuas ni uniformes. Entre las tendencias más claras los científicos incluyen: Incremento del volumen del cerebro y del dimensión del cuerpo, uso creciente de dispositivos y gran sofisticación de estas, y, disminución del dimensión de los dientes y de la robustez del esqueleto. Igualmente, los paleontropólogos no ven claras líneas divisorias entre los últimos australopitecos y los primeros Homo, o entre erectus y el sapiens arcaico, ni entre este último y los sapiens modernos. En estos puntos hay acuerdo suficientemente generalizado, no así en la manera de vuestro árbol genealógico. Si hay amplia aceptación sobre el hecho que no son ancestros vuestros los australopitecos aethiopicus, robustus y boisei, pero Seguid siendo debatido si el Homo habilis desciende del A. afarensis, o del africanus o de ambos, o de ninguno de ellos. De hecho, se ha dicho que probablemente no descendemos de ningún otro australopitence. Para complicar, o enriquecer, aún más las cosas, nuevos géneros y especies han sido descubiertos recientemente, incluyendo Ar. ramidus, Au. amanensis, Au. bahrelghazali, Au. garhi, Orrorin, Kenyanthropus y Sahelanthropus. De nuevo, no hay consenso sobre si tiene lugar relación entre ellos o de sdeterminados de ellos y nosotros. Como ayuda para los legos, si podemos decir que es (bastante) aceptado que el Homo erectus desciende del Homo habilis, pero, lamentablemente, no hay claridad sobre la potencial relación entre erectus, Neanderthal y sapiens. Y ahora surge otro actor en escena. Primero los numerosos fósiles datados hace 800.000 años de un nuevo personaje. Claramente homo, pero de morfología suficientemente especial, combinación de características modernas y arcaicas, que sugieren a los científicos que se trata de una nueva especie, la cual han bautizado Homo antecessor. Más recientemente, en la misma localidad española de Atapuerca, fueron encontrados objetos que sugieren la existencia hace 1,2 millones de años de esta nueva especie. El descubrimiento de antecessor reta a quienes sostienen creencias previos sobre la evolución de vuestra especie, provocando nuevas y fascinantes ramas y, también, aparentes senderos sin destino claro. En todo caso, si es reafirmada del modo como es anunciada la descripción del Homo antecessor, tendríamos a un diáfano antecesor general del sapiens, por un lado, y por el otro, la rama que terminó en los Neanderthal, aunque todavía faltaría por conocer la o las otras etapas que permitieron la evolución hasta nosotros.[6] ¿Nuestro primer antepasado vivió en Atapuerca hace más de un millón de años? El equipo de excavación que labora en los yacimientos prehistóricos de la Cueva de la Sima del Elefante en Atapuerca (Burgos) ha descubierto restos que demuestran la presencia humana en el continente europeo desde hace más de 1,2 millones de años. La Fundación Atapuerca anunció el hallazgo de un diente fósil de homínido que fabricó dispositivos de sílex que se habían encontrado en un nivel muy antiguo del yacimiento de la Cueva de la Sima del Elefante, en la Trinchera del Ferrocarril, en la localidad burgalesa de Burgos. Los restos encontrados son de un ancestro del Homo antecessor. El equipo explica ?con este sensacional hallazgo poseemos ya las pruebas científicas de la presencia humana en el continente europeo antes de un millón de años?. Destacó que los primeros análisis ?permiten aventurar? que se trata de restos de un ancestro del Homo antecessor, una especie que ya había sido descubierta en el yacimiento de Mayor Dolina, también en la Sierra de Atapuerca. Descubrimientos previos En el yacimiento de Atapuerta, declarado Patrimonio de la Humanidad, ya se descubrieron hace una década los restos del bautizado como Homo antecessor, una especie con 800.000 años de antigüedad y desconocida hasta entonces, que hizo cambiar todos los estudios sobre la evolución humana en Europa. En campañas posteriores, se han encontrado en el yacimiento burgalés restos fósiles de otros homínidos como el Homo sapiens y del Homo heidelbergensis, de hace 500.000 años.¨ El descubrimiento de antecessor reta a quienes sostienen creencias previos sobre la evolución de vuestra especie, provocando nuevas y fascinantes ramas y, también, aparentes senderos sin destino claro. En todo caso, si es reafirmada del modo como es anunciada la descripción del Homo antecessor, tendríamos a un diáfano antecesor general del sapiens, por un lado, y por el otro, la rama que termino en los Neanderthal, aunque todavía faltaría por conocer la o las otras etapas que permitieron la evolución hasta nosotros.[7] ¿El eslabón pudo nacer en Asia? Recreación artística de dos ejemplares de Ganlea megacanina. ? MARK KLINGER/CARNEGIE La quijada fósil de un primate que vivió hace 38 millones de años cuestiona el inicio africano de los antropoides Un pedazo de mandíbula con unos escasos dientes hallado en Birmania amenaza con arruinar una de las mayores campañas de marketing de la anécdota de la ciencia. A mediados de mayo, como si afuera la presentación de Cristiano Ronaldo con la camiseta del Real Madrid, un equipo internacional de científicos anunció en Nueva York el hallazgo de Ida, un primate fósil que vivió hace 47 millones de años en la región de la actual Fráncfort (Alemania). Aquel ejemplar, perteneciente a una nueva especie, Darwinius masillae, fuese vendido por sus descubridores como el equivalente ?al arca perdida para los arqueólogos?: el ancestro general de humanos y simios. Cuando la comunidad científica se enteró de su existencia, la BBC ya había rodado un documental sobre el fósil y decenas de miles de libros sobre Ida esperaban en la imprenta para ser distribuidos. Hoy, otro equipo de científicos muestra un nuevo primate fósil que obliga a contemplar con desdén al Cristiano Ronaldo de la paleontología. Según los investigadores, la quijada encontrada en Birmania perteneció a una especie de primate antropoide hasta ahora desconocido, Ganlea megacanina, que vivió hace 38 millones de años y cuya existencia, dicen sus descubridores, demuestra que el ancestro general de humanos, monos y simios surgió a dividir de los primates asiáticos, no de los africanos como se pensaba hasta ahora. Hasta fechas recientes, la gran fracción de los científicos creían que los primates antropoides (monos, simios y humanos) aparecieron a dividir de otros más primitivos, los prosimios, el grupo al que pertenecen los lémures, característicos de la isla africana de Madagascar. Sin embargo, una cadena de hallazgos en el sureste asiático hizo que la creencia se tambaleara. Y, en estas, manifestó Ida, un fósil que, por sus semejanzas simultáneas con los lémures y los antropoides, devolvió la credibilidad al inicio africano de humanos, monos y simios. Pero el hallazgo del pedazo de mandíbula vuelve a sugerir que el ancestro de los seres humanos era asiático. ?Una de las razones por las que creemos que Ganlea es tan próxima a los antropoides es por el inusual desgaste de sus colmillos inferiores?, explica a Público el principal autor del estudio, Chris Beard, del Museo Carnegie de Historia Natural de Pittsburgh (EEUU). Según el investigador, los ejemplares de esta especie utilizaban sus colmillos para realizar palanca y poder abrir la dura cáscara de las frutas tropicales. Este comportamiento, jamás visto en los prosimios, sí es característico de algunos antropoides actuales, como los saki cariblancos, unos monos típicos de las selvas de Venezuela. Beard, que publica su estudio en la revista Proceedings of the Royal Society B, cree que el fósil birmano oscurece el papel de Ida en el árbol evolutivo humano. ?Ida pertenece al linaje de primates que condujo a los lémures, no al que llevó a los humanos?. A juicio de Beard, la separación entre chimpancés y humanos sucedió en África pero, como demuestran fósiles como Ganlea megacanina, ?si nos remontamos en el tiempo, vuestros ancestros comunes vivieron en Asia?.[8] Hallada en Atapuerca la mandíbula del europeo más viejo FOTOS ? EFE ? 26-03-2008 El equipo investigador de Atapuerca, dirigido por Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez y Eudald Carbonell, ha descubierto la mandíbula del europeo más viejo de la historia, que vivió en la sierra burgalesa hace 1,2 millones de años, según publica la revista ?Nature?- EFE FOTOS ? EFE ? 26-03-2008.La mandíbula, encontrada en la Sima del Elefante, conserva aún algunos dientes. Junto a la mandíbula se han localizado utensilios de sílex así como especies de roedores que demuestran la antigüedad del significativo fósil- EFE. ?Los restos, de hace 1,2 millones de años, hacen retroceder en casi 500.000 años la llegada de los primeros homínidos a Europa FOTOS ? EFE ? 26-03-2008. La mandíbula fuesese hallada el pasado 30 de junio mientras unas excavaciones realizadas en un perímetro de 20 metros cuadrados. A ella corresponde asimismo un premolar inferior que fuesese encontrado dos días antes y que se presentó a los medios de comunicación el 29 de junio de 2007- EFE Descubrimiento crucial en Atapuerca. Los primeros humanos que habitaron Europa. El descubrimiento es crucial porque hace retroceder en casi recurso millón de años la llegada de los primeros homínidos a Europa, un dato sobre el que los científicos ya estaban trabajando pero que ha corroborado el hallazgo- EFE ? 26-03-2008 Continuas revelaciones. EFE ? 2008-03-26. Miembros del equipo de paleontólogos de la sierra de Atapuerca. Las excavaciones en ese yacimiento, declaradas Patrimonio de la Humanidad, proporcionan desde hace treinta años continuas revelaciones sobre el modo de vida de los primeros humanos que habitaron el continente europeo El europeo más viejo de la anécdota vivió en la sierra de Atapuerca hace 1,2 millones de años, un dato sobre el que los científicos ya estaban trabajando pero que ha corroborado el hallazgo de su mandíbula en este yacimiento burgalés. La revista Nature publica en su último número las principales conclusiones del nuevo descubrimiento del equipo investigador de Atapuerca, dirigido por Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez y Eudald Carbonell, y que se produjo el 30 de junio de 2007. La mandíbula, encontrada en la cueva denominada Sima del Elefante y vinculada ?provisionalmente? a la especie Homo Antecessor, ?confirma y refuerza la creencia de la antigüedad de la presencia de los primeros homínidos que llegaron a Europa?, han informado fuentes de la investigación. En el estrato de la cavidad donde manifestó el fósil, denominado TE-9, se han localizado también utensilios de sílex de costumbre Olduwaiense así como especies de roedores que demuestran el lugar temporal al que pertenece el hallazgo. El hueso consiste sobre todo en la sínfisis, la región previo de la mandíbula donde se reúnen las ramas horizontales entretanto que, en su fracción externa, se localizaría el mentón del humano actual. La mandíbula conserva algunos dientes y a ella corresponde asimismo un segundo premolar inferior que fuese encontrado dos días antes en el nivel TE-9, y que se presentó a los medios de comunicación el 29 de junio de 2007. Los científicos del Instituto Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) de Burgos y del Institut Catalá de Paleoecología Humana i Evolució Social (IPHES) de Tarragona evidencian con multitud de pruebas la presencia de homínidos en el sur de Europa en una fase muy temprana del Pleistoceno Inferior. Este descubrimiento fuese crucial, al idéntico que el de este nuevo fósil, porque hace retroceder en casi recurso millón de años la llegada de los primeros homínidos a Europa. En cuanto a la procedencia originaria del espécimen, aún por determinar, se apunta que la morfología de la rostro previo de la sínfisis es primitiva y recuerda a la de fósiles africanos del Pleistoceno Inferior atribuidos a Homo Hábilis y Homo Rudolfenss. En particular, el fósil de la Sima del Elefante tiene muchas similitudes con las mandíbulas encontradas en el yacimiento de Dmanisi (República de Georgia) que datan de 1,7 millones de años. Por el contrario, la rostro posterior de la sínfisis tiene un apariencia más derivado que, según los investigadores, recuerda a ciertas mandíbulas de Asia. Los científicos creen ?probable? que la primera población europea proceda de la región del Oriente Próximo, verdadero cruce de senderos entre África y Eurasia, y que estuviera relacionada con la primera extensión demográfica afuera de África que, en la actualidad, está representada por los homínidos de Dmanisi. El descubrimiento de la mandíbula replantea las creencias que los científicos de Atapuerca expusieron en 1997 en la revista Science. Según Bermúdez, creían entonces que el Homo Antecessor era general de los neandertales y de las poblaciones modernas: ?Pensábamos que permitía ser una especia africana, pero ahora vemos que quizás no, que es una especie muy antigua?. Las herramientas, hasta un total de 32 piezas, fueron probablemente realizadas en el interior de la cavidad a dividir de nódulos de sílex del Neógeno y Cretácico, que se localizan en un radio menor a dos kilómetros en torno a este lugar. La técnica de producción de las piezas es muy sencilla y su meta era conseguir lascas de entre 30 y 75 milímetros de extensión mediante un percutor duro. Con ellas, los homínidos aprovechaban la carne de los masivos herbívoros, como muestran las marcas que los útiles líticos abandonaron sobre algunos huesos. Los científicos han sido capaces de conseguir todas estas pruebas mediante la utilización de una variedad de técnicas, como paleomagntismo, biocronología y el estudio de la descomposición radiactiva de los isótopos en los sedimentos. El espacio del descubrimiento está ubicado a unos doscientos metros del yacimiento de la Mayor Dolina, donde en 1994 se encontraron los primeros restos del Homo Antecessor, y a unos mil de la Sima de los Huesos, donde se han localizado más de 6.000 fósiles de la especie Homo Heidelbergensis. Las excavaciones de Atapuerca, declaradas Patrimonio de la Humanidad, proporcionan desde hace 30 años continuas revelaciones sobre el modo de vida de los primeros humanos que habitaron el continente europeo. Tras la publicación del artículo, titulado El primer homínido de Europa, en la revista Nature, sus autores comparecerán mañana ante los medios de comunicación en Burgos y mostrarán los restos del homínido que se han encontrado.?[9] El hallazgo en Atapuerca del cráneo de un niño con una malformación gravisimo revela que el ?Homo antecessor? cuidaba a los discapacitados El cráneo del niño con una malformación encontrado en Atapuerca. Foto: EFE El Homo antecessor era buena gente. Mejor que algunos de los que le siguieron en la cadena evolutiva, a juzgar por el modo en que se ocupaban de los niños y los discapacitados. Hasta una estación relativamente reciente, han sido numerosas las culturas en las que los bebés que nacían con malformaciones eran abandonados o sacrificados. No ocurría lo mismo entre los homínidos del pleistoceno medio, que dispensaban cuidados a aquellos de sus congéneres que sufrían determinado tipo de discapacidad, aunque afuera grave. El llamado Cráneo 14 de Atapuerca (Burgos) así lo constata. Entre los años 2001 y 2002, los investigadores que laboran en el yacimiento de la Sima de los Huesos descubrieron numerosos pedazos de calavera que, una vez ensamblados (un laborioso proceso que se alargó mientras años), dieron espacio al Cráneo 14. Estudios posteriores atribuyeron la caja ósea a un niño que vivió hace no menos de 530.000 años y que, según un informe que acaba de ser publicado en el último número de la revista estadounidense Proceedings of the Nacional Academy of Sciences, padecía una alteración congénita llamada craneosinostosis (consistente en el cierre prematuro de las suturas que separan los huesos del cráneo) que le produjo graves deformidades y daño cerebral. Es el caso de craneosinostosis más antiguo que nunca se ha documentado. Uno de los apariencias más sobresalientes del hallazgo es que, según las conclusiones de la investigación, en el momento de expirar el propietario del Cráneo 14 tenía más de 5 años y menos de 12 (la edad más posible está entre los 8 y los 10). Y ya que que la malformación se produjo mientras la gestación, es indudable que el individuo requirió unos cuidados particulares para llegar a esa edad. ?Pese a su minusvalía, este niño recibió la misma vigilancia y oportunidades que cualquier otro niño de su comunidad ?explica la paleontóloga Ana Gracia, responsable de la conservación de los fósiles de la Sima de los Huesos?. Fuese cuidado del mismo modo en que cuidamos hoy a vuestros niños, con independencia de su grado de autonomía?. Toda una revelación. Y más si se tiene en cuenta el comportamiento de civilizaciones más recientes, que no han titubeado en deshacerse de los individuos considerados no aptos a edades bien tempranas. El estudio que ahora se publica cita el caso de un hospital medieval de Chichester (Reino Unido) que hacia el siglo XV acogía a bebés abandonados y en cuyo cementerio han sido hallados numerosos restos de niños con craneosinostosis y otras malformaciones similares. Hay más ejemplos. Por el contrario, en la línea apuntada por otros descubrimientos hechos en yacimientos de la estación neanderthal, el Cráneo 14 revela que los homínidos de Atapuerca sí se ocupaban de los suyos, aunque estuvieran enfermos o no pudieran valerse por sí mismos. El pleistoceno recurso aún tiene muchas cosas que enseñarnos.?[10] ?Se van a descubrir homínidos todavía más antiguos? El equipo de científicos de Atapuerca halla en la sima del Elefante la mandíbula del homínido europeo más antiguo Los hallazgos arqueológicos del yacimiento de la Mayor Dolina y las industrias líticas de la cuenca de Guadix-Baza, con una antigüedad de 1,3 millones de años, confirmaban ya la presencia de los primeros europeos en la Península Ibérica. ?Pero lo que nos faltaban eran los homínidos?, explica José María Bermúdez, codirector de las excavaciones de los yacimientos de Atapuerca, donde ha sido encontrado el resto fósil humano más antiguo de Europa, una mandíbula de 1,2 millones de años, que sitúa la llegada de los primeros homínidos al viejo continente casi 500.000 años atrás. ?Ahora podemos presumir de tener al primer europeo?, agrega Bermúdez. El pasado 30 de junio, el equipo que dirige Bermúdez junto a Juan Luis Arsuaga y Eudald Carbonell descubrió en la sima del Elefante, en la sierra de Atapuerca, la mandíbula, que aún conserva algunos dientes. La primera implicación que supone el descubrimiento, cuyas conclusiones publica el último número de la revista Nature es, según Bermúdez, el hallazgo de ?una especie genuinamente europea?, vinculada ?provisionalmente? a la especie Homo Antecessor. La tesis que sostiene el equipo de científicos de Atapuerca es que mientras las migraciones de los primeros homínidos, que ?partieron de África hace 1,8 millones de años?, se produjeron ?cambios en la articula genética de las poblaciones?. En concreto, en Europa hubo una ?una especiación alopátrida?, es decir, la fantasma de una nueva especie afuera de su espacio geográfico de origen. En efecto, las primeras evidencias de estas migraciones ?se encuentran en el yacimiento de Dmanisi (Georgia), donde hay fósiles humanos con una antigüedad de 1,7 millones, y en la isla de Java, con restos de 1,6 millones?, explica el paleontólogo, que señala que era lógico pensar que el ?viaje? debiera continuado por Europa hasta la Península Ibérica como demuestran las semejanzas entre la mandíbula de la sima del Elefante y los hallazgos del yacimiento de Dmanisi. Esto significa, según Bermúdez, que ?se van a encontrar homínidos europeos todavía más antiguos, quizás en Bulgaria y Rumania?. No obstante, también en Atapuerca podrían ser hallados fósiles humanos de gran antigüedad. Una de las pruebas realizadas, el método de nucleidos cosmogénicos ?que estudia las edades de diferentes materiales en función de la acumulación de ciertos núcleos atómicos-, dató la mandíbula en el primer test en 1,4 millones de años, ?aunque preferimos ser cautos y beber la fecha que resultó de la segunda prueba, 1,2 millones?, relata Bermúdez. Sin embargo, hay niveles inferiores a los que ahora se exploran que podrían ocultar restos más primitivos, porque son ?yacimientos inagotables?. El descubrimiento de la mandíbula replantea las creencias que los científicos de Atapuerca expusieron en 1997 en la revista Science. Según Bermúdez, creían entonces que el Homo Antecessor era general de los neandertales y de las poblaciones modernas: ?Pensábamos que permitía ser una especia africana, pero ahora vemos que quizás no, que es una especie muy antigua?.[11] Un nuevo hallazgo de una mandíbula humana, que correría hacia atrás la creencia de la edad vigente para vuestro planeta tierra. En la revista digital, de la fe evangélica española, LupaProtestante.com, manifestó un interesante producto comentado por Eric Capó, de nacionalidad española, sobre un nuevo hallazgo de una mandíbula humana, que correría hacia atrás la creencia de la edad vigente para vuestro planeta tierra. El producto dice lo siguiente: «La prensa se ha hecho eco del hallazgo en Atapuerca, provincia de Burgos, de una mandíbula humana de hace un millón doscientos mil años. La revista científica NATURE ha publicado un reportaje a toda página, que da cuenta de la relevancia del hallazgo, ya que, aunque previomente se habían hecho hallazgos semejantes, ninguno era tan antiguo. A los restos previos encontrados se les había atribuido una antigüedad de unos 800.000 años. La mandíbula encontrada ahora es 400.000 años previo por lo que nos vamos al millón doscientos mil años de antigüedad. Teniendo en cuenta que todavía faltan cinco metros por excavar en el yacimiento donde ha sido encontrada (cueva de la Sima del Elefante), se considera que es probable que se encuentren otros restos que inclusive podrían llegar a tener 1,5 millones años de antigüedad. Dado que estos homínidos vinieron de África, este ?muchacho? de unos 20 años de edad, a quien pertenecía la mandíbula, podría ser considerado, en este momento, como perteneciente al primer grupo de inmigrantes a Europa, o sea, uno de los primeros europeos. Para datarla se han hecho servir, nos dicen, hasta tres sistemas. El que nos da la fecha que le atribuimos es la técnica de los núcleos cosmogénitos, con un borde de yerro de unos 160.000 años. Otras técnicas aplicadas dan frutos parecidos. La prensa se ha hecho eco del hallazgo en Atapuerca, provincia de Burgos, de una mandíbula humana de hace un millón doscientos mil años. La revista científica NATURE ha publicado un reportaje a toda página, que da cuenta de la relevancia del hallazgo, ya que, aunque previomente se habían hecho hallazgos semejantes, ninguno era tan antiguo. A los restos previos encontrados se les había atribuido una antigüedad de unos 800.000 años. La mandíbula encontrada ahora es 400.000 años previo por lo que nos vamos al millón doscientos mil años de antigüedad. Teniendo en cuenta que todavía faltan cinco metros por excavar en el yacimiento donde ha sido encontrada (cueva de la Sima del Elefante), se considera que es probable que se encuentren otros restos que inclusive podrían llegar a tener 1,5 millones años de antigüedad. Dado que estos homínidos vinieron de África, este ?muchacho? de unos 20 años de edad, a quien pertenecía la mandíbula, podría ser considerado, en este momento, como perteneciente al primer grupo de inmigrantes a Europa, o sea, uno de los primeros europeos. Para datarla se han hecho servir, nos dicen, hasta tres sistemas. El que nos da la fecha que le atribuimos es la técnica de los núcleos cosmogénitos, con un borde de yerro de unos 160.000 años. Otras técnicas aplicadas dan frutos parecidos. ¿Cómo nos afecta, a nosotros los cristianos, este hallazgo? No nos debe afectar en absoluto. Como tíos y mujeres comprometidos con la verdad, nos congratulamos de los avances de la paleontología y saludamos con reconocimiento los nuevos conocimientos sobre vuestros orígenes. Sin embargo, somos conscientes de que vuestra costumbre nos llevó a conclusiones muy distintos sobre la antigüedad del hombre. Sin que nunca haya sido un dogma, era una convicción muy compartida que la Biblia era un libro infalible, inclusive en cuestiones científicas e históricas. Por muchos siglos, y todavía hoy lo encontramos en círculos muy conservadores, se creyó que el relato de la creación, en el libro del Génesis, daba datos científicos sobre el inicio del universo, lo que llevó a eminentes tíos de la Iglesia y a no menos eminentes científicos a datar la creación a dividir de las referencias bíblicas. Así, el más célebre de ellos, James Ussher (1581-1656), arzobispo anglicano de Armagh, en Irlanda, indicó la fecha de la creación en el 23 de octubre del año 4004 a. de C. Esta cronología del obispo se aceptó de tal forma que fuese inclusive aplicada en la traducción de la Biblia King James, que en cierta edición llegó figurar en la fracción sobresaliente de cada página. Fechas similares defendieron John Lightfoot y científicos como Keppler y Newton. Actualmente, los biblistas más prestigiosos sostienen que los 11 primeros capítulos del libro del Génesis no deben ser considerados anécdota. Son relatos inconexos entre sí que recogen costumbres y mitos del pueblo de Israel. Lo que propiamente podríamos llamar anécdota bíblica sólo empieza con Abraham, en el capítulo 12 del Génesis. También hay acuerdo entre ellos en que en las Sagradas Escrituras no hemos de ir a buscar precisiones históricas, ni datos científicos. Es un libro que nos Hablad de Dios, por recurso de tíos que vivieron en íntima relación con El y, a través de hechos y palabras, nos comunicaron verdades de orden espiritual. La preciosa poesía de Génesis capítulo 1 no pretende decirnos cómo Dios hizo el mundo, sino quien es su creador y sustentador. El cómo pertenece a la investigación científica.? [12] No estoy de acuerdo con esta opinión. Si creo que debemos ser prudentes a la hora de examinar el Génesis y no darle una interpretación literalista, que choque con una correcta hermenéutica,pero no dudo de la inspiración divina de esos textos bíblicos, por su conexión con el Nuevo Testamento, en la genealogía de Jesús de Lucas y la teología Paulina, que nos Hablad de la relación de Adán con el ingreso del pecado en la humanidad y su relación con Cristo, el segundo Adán. No dudo de la seriedad de los biblistas ni de su sinceridad, pero simplemente, creo que debemos ser prudentes a la hora de interpretarlo tan literalista que terminemos convirtiendolo en un dogma.La ciencia humana tiene axiomas y presupuestos teóricos que ¡hay que tener fe para creer, también! Aún las ciencias exactas (definiciones de conjuntos infinitos etc.) ¿Quién lo puede probar con rigor científico?. Todo es cuestión de Fe. La ciencia del tio en su estado natural, a veces, es ?ciencia ficción? ¡Comprobado! y Ud. no lo ignora. Creer o no creer es el dilema siempre. Luego viene la construcción lógica sobre dichos axiomas o teorías. La Fe tiene, también una lógica. La Fe no se opone a la razón, sino a la incredulidad. ¿Lo sabe Ud.? Si los primeros 11 capítulos del génesis no pertenecen a una realidad, entonces el testimonio que dan de ellos los próximos hagiógrafos, inclusive Cristo, son una falacia. ¿Quemamos la Biblia en nombre de la Ciencia, como se hizo en algúnas oportunidades históricas? O cada vez que tengamos cierta duda, los que la leemos (millones) , ¿debemos llamarlo a Ud., para saber que es mito o realidad? La Biblia, es el best seller de todos los tiempos. Que Dios nos dé Luz y Fe y capacidad racional para comprender correctamente el relato de la creación divina. Luego continua diciendo que ?en vuestro contexto protestante hay actualmente un intento de promover en España la creencia del llamado ?diseño inteligente?, que no es otra cosa que una actualización, con pretensiones científicas, de la antigua creencia creacionista. Es un movimiento que nos viene de los evangelicales de los EE.UU y no por eso deja de ser lícito, siempre que los que lo defienden sean honestos con ellos mismos y no se cierren a los avances de la ciencia. Ya poseemos en el pasado demasiadas condenas de cristianos, por mantener creencias que parecían contradecir la enseñanza oficial de la Iglesia, para agregar otras. Hemos de aceptar que la ciencia es un sendero que nos lleva hacia la realidad de las cosas, con todos los yerros que también comete, y, si somos seguidores de Jesús, hemos de buscar, por arriba de todo, esta realidad, aunque aparentemente contradiga cierta de nuestras convicciones, que pueden ser erróneas. La práctica actual de los cristianos conservadores de buscar agujeros en las creencias científicas para tratar de demostrar que son falsas, no es de recibo. Siempre habrá preguntas sin respuestas y dificultades sin solución. Nosotros los cristianos poseemos muchas y muchos por lo que tratamos de abrirnos paso hacia senderos más llanos y cielos más despejados. En el sendero hacia la verdad no se puede dividir de dogmas, sino de experimentos comprobados y siempre en continua revisión, y en esto la ciencia nos da un ejemplo. En toda investigación, no podemos dividir de nuestras convicciones, ni de la Biblia, por mucho que la amemos y estemos seguros de su mensaje. Hemos de ir más allá y considerar la verdad ?etsi Deus non daretur?, es decir, como si no debiera Dios, en frase de Bonhoeffer. Dios no es el punto de partida, sino el de llegada. Estamos convencidos de que caminar hacia la verdad, cualquier verdad, es en definitiva ir hacia Dios, el Camino, la Realidad y la Vida. Y si es sendero hacia Dios, a Dios lo encontramos en todas partes. También en Atapuerca.»[13] «Hace dos siglos, eruditos de tendencia racionalista pusieron en duda la paternidad mosaica del Pentateuco. Desarrollaron la Teoría Documentaria de la Alta Crítica, la cual estima que los primeros cinco libros de la Biblia son una compilación de documentos en su gran fracción en el período de Esdras (444 A.C.) Según ellos el documento más antiguo que se descubre en el Pentateuco data del tiempo de Salomón. Analizan que Deuteronomio es un ?fraude pío? escrito por los curas en el reinado de Josías con el fin de promover a un avivamiento; y que el Génesis consiste mayormente en leyendas nacionales de Israel. Muchos estudiosos conservadores creen que es posible que Moisés empleara genealogías y costumbres escritas al escribir el libro del Génesis (Moisés menciona específicamente las generaciones de Adán?, en Génesis 5:1). Guillermo Ross, observa que el tono personal que encontramos en la oración de Abraham por Sodoma, en el relato del sacrificio a Isaac y en las palabras de José al darse a conocer a sus hermanos ?es precisamente el que esperaríamos, si el libro de debiera basado en unas notas biográficas anteriores? Probablemente, tales memorias valiosas fueron transmitidas de generación a otra desde tiempos muy remotos. No debemos extrañarnos de que Dios tal vez haya guiado a Moisés a incorporar tales documentos en sus escritos. Igualmente serían inspirados y auténticos. También es notable que hay determinadas añadiduras y retoques insignificantes de palabras arcaicas, hechos a la obra original de Moisés. Es reconocido universalmente que el relato de la muerte de Moisés (Deut. 34) fuesese escrito por otra persona (el libro de los rabíes, lo asigna a Josué). Génesis 36:31 había monarca en Israel, algo que no existía en la estación de Moisés. En Génesis 14:14 se designa ?Dan? a la antigua ciudad de ?Lais?, nombre que le fuesese dado después de la conquista. Esto se puede atribuir a notas aclaratorias, o cambios de nombres geográficos arcaicos, que se introdujeron para realizar mas diáfano el relato. Probablemente, fueseseron agregados por los copistas de las Escrituras, o por determinado personaje (como el profeta Samuel)»[14] Si estoy de acuerdo con lo que opina sobre ?no cerrarnos a los descubrimientos de la ciencia y como dice el autor del artículo, ?como tíos y mujeres comprometidos con la verdad, nos congratulamos de los avances de la paleontología y saludamos con reconocimiento los nuevos conocimientos sobre vuestros orígenes.? También apoyo su expresión de que ?no debemos cerrarnos a los avances de la ciencia.? Y debemos también, como dice Eric, aceptar ?que la ciencia es un sendero que nos lleva hacia la realidad de las cosas, con todos los yerros que también comete, y, si somos seguidores de Jesús, hemos de buscar, por arriba de todo, esta realidad, aunque aparentemente contradiga cierta de nuestras convicciones, que pueden ser erróneas.? [15] Recordemos que la palabra de Dios nos dice que ?Él (Dios) vela por la ciencia? Comparto la opinión del articulo: caminemos hacia la realidad sin dogmas, ni literalismos ni falacias que no tienen ni pies ni cabeza.Y iniciar a fijarse en el auténtico espíritu del texto. Reparar en la relevancia teológica de frases cómo ?? y vió que todo era bueno?. Un cristiano verdadero no debe entrar en crisis por las evidencias científicas de la fantasma de los seres humanos sobre el planeta que contradicen, la supuesta cronología sagrada. Lo profundamente significativo es la certeza de un Dios de la justicia que se encarnó entre nosotros y establece la esperanza frente al antireino. Las enseñanzas bíblicas son extremadamente firmes y congruentes y no depende de la cosmogonía culturalmente condicionada. El relato bíblico afirma que Dios hizo lo existente, pero no entra en detalles, no es su cometido de los mecanismos detrás de los cuales está la obra trascendente de Dios. La biblia es un libro teológico, no científico Recordemos, por otra parte, que las implicaciones de aceptar la evolución frente al creacionismo bíblico son también teológicas: se trata, ni más ni menos, de paradigmas distintos, e inclusive opuestos. La lógica, por lo demás, jamás recomendará creer que del Azar pueda aparecer el Orden. No comparto el hecho de que ?Dios no es el punto de partida, sino el de llegada?, porque contradice la palabra de Dios, que dice que el Señor ?El es el alfa y la omega,el comienzo y el fin? Respecto al interrogante de Cuántos años tiene la tierra, podemos citar a Pablo Hoff: «Los tíos de ciencia han encontrado evidencias de masivos cambios geológicos, estratificación de masas de piedras, y otros indicios que los han hecho llegar a la conclusión de que la tierra es antiquísima. Se crea un con flicto entre ellos, y ciertos cristianos que creen que la Biblia Indica claramente que hace sólo seis mil años que Dios creó el universo. ¿Cómo puede resolverse este conflicto? Según algunos estudiosos de la Biblia, el asunto no reside tanto en la contradicción entre el relato bíblico y lo que la ciencia ha descubierto, sino entre la ciencia y el relato mal interpretado. Además, es preciso diferenciar entre lo que la ciencia ha descubierto realmente y lo que es mera especulación o creencia que aún no ha sido comprobada (por ejemplo: la creencia de la evolución). La ciencia pura no consiste en creencia, sino en hechos demostrados y concretos. El cristiano debe reconocer ciertos hechos al interpretar el relato de la creación: en primer lugar, el Génesis no da fechas, y las genealogías primitivas no se pueden beber en cuenta para calcular pues hay en ellas masivos vacíos (ver la introducción al Génesis). En segundo lugar, la Biblia es primordialmente un libro de religión y no de ciencia. Da muy escasos detalles sobre la creación. Génesis 1 fuese escrito no tanto para describir el proceso de la creación sino más bien para presentar su motivo y propósito. Recalca la mayor realidad de que Dios es el Creador. Finalmente, es lógico creer que la revelación de Dios a Moisés haya sido dada en conceptos comprensibles a los tíos de esa estación y no en altos términos técnicos o científicos comunes a los del siglo XX. Sin embargo, podemos confiar que la Biblia Hablad correctamente sobre lo que concierne a la ciencia. No obstante, debemos ser cautos en el intento de armonizar el relato de la creación con las creencias actuales de la ciencia y no apresurarnos en aceptar estas creencias. La ciencia está descubriendo aún nuevos datos, rechazando creencias previos y sacando nuevas conclusiones. No debemos correr el riesgo de identificar vuestra posición con algo tan cambiante como las creencias científicas. Por otra parte, podemos descansar en la confianza de que los descubrimientos futuros, bien interpretados, eliminarán muchas de las supuestas contradicciones de hoy y arrojarán más luz sobre el testimonio bíblico.»[16] El eslabón perdido que inventó la vida acuática Javier Yanes, redactor del diario online , opina que ? Las corrientes creacionistas que niegan la evolución de las especies se atrincheran en una supuesta carencia de fósiles de transición que sugieran la fantasma de las especies modernas. Pero nada más alejado de la verdad científica.? En este artículo, este readactor español,comenta que ?La revista Nature, publica un nuevo y flamante ejemplo de la evolución en acción, un eslabón perdido de las focas que congeló en el tiempo una especie en plena transición de la vida terrestre a la acuática. El descubrimiento procede de la isla de Devon, en el ártico canadiense. En 2007, un equipo de científicos desenterró allí los primeros restos, ocultos en el sedimento de un antiguo lago en el fondo de un cráter meteorítico. La datación de los estratos los situaba en el Mioceno, hace unos 23 millones de años. Pero con este primer hallazgo, la escasez de piezas impidió la identificación del ejemplar. Un año más tarde, otra campaña de excavación logró rescatar la fundamento del cráneo, una articula que ayuda a establecer las vinculos taxonómicas. Entonces y según los autores del trabajo, quedó diáfano que aquel animal de complexión parecida a los mamíferos terrestres, pero con patas adaptadas a la natación, no era una nutria sino un ancestro de los pinnípedos, el grupo que reúne a las focas, otarios y morsas. Los científicos bautizaron a la nueva especie como Puijila darwini, un nombre que une el término funcionario por los nativos inuit para designar a los mamíferos marinos con un homenaje a Darwin, el fundador de la biología evolutiva cuyo bicentenario se celebra este año. Según la directora del estudio, Natalia Rybczynski, del Museo de Historia Natural de Canadá, la relevancia de Puijila radica en que refleja ?la transición de los pinnípedos de la tierra al mar?, un fenómeno ?que ha sido difícil de estudiar porque las pruebas fósiles son débiles y discutibles?. El pinnípedo fósil más antiguo conocido hasta ahora, Enaliarctos, ya había trocado sus extremidades en aletas, entretanto que la nueva especie es una primitiva ?foca andante?, con patas musculosas de proporciones parecidas a las de osos o mofetas, pero con dedos aplanados que sugieren unos pies palmípedos. El hallazgo ha permitido también a Rybczynski y sus colegas corroborar la hipótesis más aceptada sobre el inicio de los pinnípedos, que sitúa la cuna de estos animales en el ártico. Los restos de plantas fósiles recogidos en el espacio indican que Puijila conoció un clima muy distinto al que hoy azota el país inuit; el ártico del Mioceno era más templado, parecida a la actual costa noreste de EE.UU., con lagos que se helaban en invierno. Los científicos sospechan que las duras invernadas obligaban a aquellos antepasados de las focas a buscar su alimento más allá de sus tierras estivales, en las costas, y que así fuese como los mamíferos semiacuáticos de agua dulce llegaron a conquistar los océanos.? [17] Proceso de humanización El ser humano posee una serie de características fisiológicas particulares que lo diferencian de los los demás animales. Algunas de estas características hacen que sea capaz de producir cultura y ésta le faculta modificarse al recurso de una manera totalmente nueva. El tio evoluciona no sólo biológicamente, sino también culturalmente. Este proceso de evolución cultural recibe el nombre de humanización. En lenguaje cinematográfico, una elipsis es un salto en el tiempo o en el espacio. El espectador no pierde la estabilidad de la secuencia aunque se han eliminado los pasos intermedios. Ésta es, casi con toda seguridad, la gran elipsis de la anécdota del cine. Cuando el hóminido arroja el hueso al aire, éste se transforma en una nave espacial, simbolizando la evolución de la cultura y la tecnología humanas. La humanización es el proceso a través del cual el ser humano va formando manifestaciones culturales cada vez más complejas que le facultan una cada vez mejor adaptación al recurso natural. Durante que la hominización o evolución biológica es lenta y azarosa; la evolución cultural siempre dirigida a un fin determinaddo, es extraordinariamente rápida. En escaso tiempo el homo sapiens ha transfigurado la faz de la tierra. Con la creación de la cultura y de los útiles artificiales, el tio se va a relacionar con el mundo con más posiblidades que todos los demás seres vivos. Esto se pone claramente de declaración en esta escenario de la película ?Odisea del lugar 2001″. Hemos de tener presente la humanización si deseamos aclarar el inicio del ser humano, ya que éste es fruto no sólo de la evolución biológica, sino también de la evolución cultural. Por otro lado, hay que decir que hominización y humanización son dos procesos paralelos y relacionados entre sí. Carece de sentido afirmar que en una primera etapa surge el tio a dividir de otros homínidos (hominización) y en una segunda etapa inicia a crear cultura y a modificarse al recurso a través de ella (humanización). La evolución cultural está ya presente en los primeros homínidos y la evolución biológica Seguid estando presente hoy en día en el ser humano actual.?[18] Esquema genealógico de los primates En este producto presento un esquema de la evolución humana, según un libro de anécdota universal y algunos arboles evolutivos sugeridos, incluyendo uno sugerido por un autor cristiano evangélico defensor del Diseño inteligente, que posiblemente disiente con lo sugerido por la comunidad científica internacional (Punto 6), para que puedan ser comparados y evaluados por los alumnos de la T.Ev. 1.Esquema de la evolución del tio [19] La gran fracción de los paleontólogos concuerdan en que los antropoides del período plioceno, pese a poseer un cerebro semejante al de los monos, adoptaban unas actitudes y tenían unas manos parecidas a las del hombre. Lo cierto es que los diversos organismos biológicos, y sobre todo el organismo animal, habían ya evolucionado entonces hacia un tipo superior. El darwinismo, en su creencia de la selección natural, formuló una «ley descriptiva» de un tipo de seres dados; Haeckel, discípulo alemán de felicidad escuela, llevó más lejos la hipótesis hasta llegar a la doctrina del materialismo científico. Otros autores preconizan creencias evolucionistas de ascensión ortogenética: desde los primeros corpúsculos ?protones, electrones?, es decir, el átomo, pasando por la molécula y los agregados macromoleculares proteicos, al ser vivo, en una fase de vitalización, hasta llegar a la cefalizaclón y al hombre, en fase ya de hominización o de ser vivo reflexivo. La evolución morfológica del tio tuvo como corolario la del cerebro. El aumento de la capacidad craneana queda de declaración si se comparan la del chimpancé, la del sinantropo, la del neanderthaliano y la del tio actual. La etapa próximo sería la de este mismo ser formado en sociedad, en vida común. O sea, la del tio como componente de un grupo social, en vida colectiva, última etapa del desarrollo racional. El tio, encajado en la Naturaleza, acaba por dominarla. En esta última fase entra ya en el tema de la Historia universal en la verdadera acepción del concepto, y en esta etapa histórica, el evolucionismo meramente biológico cede su espacio al psicológico y social. Se trata ya del tio como «animal político», según la definición aristotélica. El homo sapiens u tio reflexivo, agrupado y desarrollando una etapa de vida colectiva, genera un aumento de población, logrando merced a las ventajas que comporta la asociación humana, paralelamente a un progreso cultural en aumento ?la estabilidad de las civilizaciones, que diría el historiador Toynbee? hasta desembocar en tiempos actuales a la valoración del individuo en su máxima expresión: derechos humanos, democracia, socialismo humanista y espiritualidad. En general, se ha relacionado la modificacion del animal puro en ser humano a motivo de las glaciaciones que tuvieron espacio en la superficie de la Tierra hace un millón de años. El alemán Weinert expuso la creencia de que el tio procedía de un primate semejante al chimpancé y detalla las cláusulas climatológicas y ambientales para que ello pudiera producirse: «La selva tropical europea desapareció escaso antes de la llegada del pleistoceno. Para los antropoides, la glaciación fuese un golpe horroroso a sus habituales cláusulas de existencia. Tenían que resolver el asunto de resignarse a desaparecer o intentar sobrevivir, huyendo en busca de cláusulas climatológicas mejores. Pero les quedaba otra solución: adaptarse, transformarse en seres capaces de asimilar las nuevas cláusulas.» 2.Esquema genealógico de los primates 3.Árbol genealógico de la especie humana [20] Esta propuesta puede ser discutible. En el momento actual, aún no tiene lugar consenso entre los científicos en cuanto a las vinculos evolutivas entre los homínidos fósiles y la especie humana actual, ?Homo sapiens?. Hay numerosas teorías, elaboradas por los diferentes equipos de investigación, y algúnas propuestas de nuevas especies aún en proceso de aprobación por la comunidad científica. Árbol genealógico de la especie humana Darwin acertó con su árbol [21] ?Darwin estaba equivocado?. Y en pequeñito, un insulso e informativamente nulo ?talando el árbol de la vida?. Eso dice en su portada la revista sobre ciencia New Scientist. Me imagino que este número venderá más ejemplares que de costumbre: habrá bastantes clientes extra. Aunque no se compre, una mayor porción de gente asocia inmediatamente (y exclusivamente) la figura de Darwin con toda la biología evolutiva de ayer y hoy. Por tanto, una mayor porción de gente, al pasar por el kiosko y leer ese titular en una revista tan seria, pensará que la ciencia ha experto por fin que la evolución es un error. El producto al que hace referencia ese titular puede leerse aquí. Es de Graham Lawton, y aunque es usual que los autores no tengan ningún control sobre los ?tituláridos? que otros ponen a sus textos, Lawton está de acuerdo y admite que la portada es ?en un 50%? para lograr ventas. Pero lo que desea decir es que Darwin se ?equivocó? con algo muy concreto: la manera del árbol evolutivo. Él, y casi todos los científicos posteriores, se lo imaginaron pues? como un árbol. O sea, con ramas que se separan unas de otras. Ahora conocemos que, sobre todo en tiempos remotos y en organismos unicelulares (pero no únicamente), tienen lugar ramas que se se juntan. Fenómenos como la endosimbiosis, la transferencia genética horizontal o la introgresión implican que los linajes evolutivos se interconectan. Pero también no se interconectan: la mayoría de las ramas no lo hacen en absoluto. El árbol evolutivo parece ser como se imaginó Darwin, pero con una interesante complicación añadida. ¿Significa eso que se equivocó? Como mínimo es discutible. ¿Tiene sentido hablar de ?equivocación? cuando a un descubrimiento científico se le agrega otro que lo amplía, lo complementa y lo mejora? En la estación de Darwin, su propuesta del árbol era la buena, la que se acercaba a la realidad; la que se ajustaba a las observaciones (observaciones ?macroscópicas? realizadas sobre todo en animales y plantas). Hoy Seguid siendo válida y provechoso en masivos áreas de la biología. La visión errónea era y Seguid siendo la de Lamark, en la que no había árbol en absoluto, pues el francés pensaba que los linajes no compartían anécdota ni antepasados comunes y ?avanzaban? por separado desde orígenes múltiples e independientes. Darwin acertó con el árbol; Lamarck no acertó con su césped. Y hoy los biólogos laboran con un súper-árbol darwiniano. El primer árbol evolutivo [22] El primer árbol evolutivo Entre los esfuerzos de Darwin se puede consultar Transmutación de las especies (1837). En la imagen se puede ver el primer boceto que Darwin hizo de un árbol que presenta la evolución de los animales y que estaba incluído en la obra citada.- UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE ? 17-04-2008 Árbol de los Hominidos [23] Árbol evolutivo y las vinculos entre las especies Antonio Cruz, en su libro La ciencia descubre a Dios, explica que «Los árboles evolutivos y las vinculos entre especies se construyen de forma hipotética pues están basados en meras conjeturas o asunciones previas. La verdad es que las especies siempre permanecen estables mientras millones de años, jamás se observan evidencias de transición de una especie y otra. Más que el dibujo de un árbol de familia, los fósiles indican bloques aislados que flotan en recurso de un océano oscuro y nebuloso (fig. 38.)»[24] No hay relación entre los fósiles de simios (oscuros) y los fósiles humanos (claros). Se trata de dos grupos completamente independientes a pesar de las asunciones del darwinismo. Un dinosaurio momificado confirma su similitud con reptiles y aves modernos Evidencias de piel mineralizada del hadrosaurio ?Dakota?. | Phillip Manning El tio de Piltdown ha pasado a la anécdota como uno de los mayores fraudes de la paleontología. Una mandíbula de orangután unida artificialmente al cráneo de un humano actual engañó mientras años a los entendidos y fuese considerado como un nuevo y revolucionario antepasado de Homo sapiens. Todo sucedió a comienzos del siglo XX, cuando la tarea de datar un fósil y examinarlo no contaba con la tecnología de hoy en día. Si alguien en quien Piltdown haya sembrado la semilla del escepticismo tuviera dudas de la existencia de los dinosaurios, podrá encontrar, en un nuevo estudio publicado en la última edición de la revista británica ?Proceedings of the Royal Society B? , evidencias frescas de aquellos animales; evidencias que van más allá de huesos fosilizados o icnitas. Phillip Manning, del Museo de Manchester, y colegas han realizado un completo análisis de la articula y composición de tejidos blandos mineralizados (piel, falanges, tendones) que pertenecieron a un hadrosaurio de finales del Cretácico, escaso antes del ocaso del largo reinado de sus congéneres sobre la Tierra. Los frutos confirman que la articula de la piel del reptil prehistórico es idéntico a la de aves y cocodrilos modernos, sus descendientes. Algo que ya se suponía, pero que se demuestra esta vez con evidencias concretas. Los pedazos orgánicos del espécimen encontrado proceden de la prolífica formación de Hell Creeks, en Dakota del Norte. El hadrosaurio (Edmontosaurus sp.) en cuestión ha sido bautizado, pues, ?Dakota?. Que se encuentren tejidos blandos de tamaña antigüedad no es, pese a ser siempre jugoso para la ciencia, una estricta novedad. La coincidencia de diferentes agentes ambientales -enterramiento repentino y conservación en ámbitos pobres en oxígeno- puede permitir que los tejidos orgánicos, destinados, en cláusulas normales, a descomponerse rápidamente y desaparecer, puedan durar a lo largo de tiempos extraordinarios. Pero el estudio sí es novedoso en sus procedimientos. Las evidencias bien aprovechadas pueden llevar a frutos interesantes. ?Es uno de los análisis más completos que se han hecho hasta ahora de los restos de un dinosaurio?, relata a elmundo.es José Luis Sanz, de la Universidad Autónoma de Madrid y el gran entendido en dinosaurios de España. ?Se han utilizado muy variadas técnicas de observación para tratar de conocer los mecanismos que han permitido la conservación de estos tejidos?, añade. Las fracciónes blandas encontradas pertenecen a falanges, piel y tendones osificados. La ?autopsia? ha revelado que el hadrosaurio fuese enterrado abruptamente en los márgenes arenosos de un río y cubierto de un sedimento fino que envolvió su piel creando una especie de cemento. Aunque el análisis de los restos del animal no ha obtenido proteínas intactas, sí presenta la presencia de estructuras celulares, bloques de aminoácidos que en su día formaron las proteínas. Toda una lección de conservación.[25] El minúsculo cerebro de un primate de 54 millones de años El paleontólogo Jonathan Bloch presenta el cráneo del primate y el modelo virtual del cerebro Es un cerebro tan minúsculo que mide escaso más que la yema de un dedo. Pertenece a un primate primitivo, de la familia de los Plesiadapiformes, uno de los «primos» de vuestros antepasados más antiguos, que vivió hace la friolera de unos 54 millones de años. Tras considerar una calavera de uno de estos especímenes, científicos de la Universidad de Florida y de la Universidad de Winnipeg han conseguido reproducir las primeras imágenes en tres dimensiones de su cerebro y, con ello, deducir determinadas de las características de estos compañeros de evolución. Para empezar, los investigadores descubrieron que el animal, llamado Ignacius graybullianus, dependía más del olfato que de la vista, y que ya era capaz de realizar muchas de las actividades que hacen los monos modernos, lo que abre la puerta a buen número de preguntas sobre cómo se produjo el desarrollo de los «cocos» de los primates. Los científicos analizaron una calavera de Plesiadapiforme de 3,8 centímetros de extensión que fuese encontrada prácticamente intacta, toda una suerte debido a su extrema antigüedad, ya que estos primates vivieron en la horquilla de diez millones de años entre la extinción de los dinosaurios y la fantasma de los primeros ancestros humanos. Gracias a estos huesos, los investigadores pudieron hacer el primer «molde virtual» del cerebro de un primate primitivo, un modelo en tres dimensiones. Para ello, utilizaron tomografías computarizadas de 1.200 secciones diagonales de imágenes de rayos X del cráneo. «La mayoría de las explicaciones de la evolución de los cerebros de los primates se cimienta en las especies que viven en la actualidad», explica la antropóloga de la Universidad de Winnipeg Mary Silcox, una manera de estudio que, a su juicio, ha llevado a deducciones «erróneas». El coautor del estudio, el paleontólogo Jonathan Bloch estima que los primates no siempre gozaron de un cerebro «privilegiado» que les diferenciaba de los demás mamíferos. «Al principio, no eran tan especiales -concluye- y eso sucedió mientras decenas de millones de años». Ignacius, «un primo de la línea principal del linaje que finalmente ha dado espacio a nosotros», se parece a los primates modernos en su dieta y en que vivía en los árboles, pero no saltaba de árbol en árbol como sus familiares modernos. En muchos aspectos, el antiguo primate se comportaba como los actuales, pero con un cerebro que era de la mitad a dos tercios el dimensión del de los monos modernos más chicos. Para los científicos, esto implica que habitar en los árboles o comer frutas pueden ser eliminados como las motivos potenciales que provocaron el crecimiento del cerebro en los primates, ya que «Ignacius ya hacía todas esas cosas con su chico cerebro». Para los investigadores, conocer las características del cerebro de Ignacius hace indispensable un replanteamiento de cómo los primates evolucionaron hacia un cerebro más grande. Algunas hipótesis apuntan a la gran relevancia de la visión frente al olfato al pasar a una dieta fundamentalmente de frutas o al desarrollo de bosques más frondosos que podía a estos animales hacer más saltos. Sin embargo, la respuesta necesita el descubrimiento y análisis de nuevos fósiles. El estudio se publica en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).[26] 7. Conclución ?Dada la hipótesis de que los antropoides son los antecesores de los homínidos, pero no pudiendo hallar en las maneras antropoideas vivientes ?monos actuales? al precursor inmediato del hombre, muchos autores se inclinan a suponer que lo más verosímil es que, de una manera ancestral general ??fósil, por supuesto?, es decir, de una sola y misma especie, arrancasen ambas ramas: la de los monos antropoides y la del hombre, los primeros por evolución regresiva y éste por evolución progresiva. Por consiguiente, en la lucha por la existencia, los monos antropoides desaparecieron del continente asiático ?y se extinguen ahora rápidamente en África?, entretanto que el homo sapiens, perfeccionando sus instrumentos de dominio sobre la Naturaleza, se ha desarrollado y enseñoreado por todos los entornos del planeta en la sucesiva perfección de sus distintos razas. «Lo más posible ?observa Kurt Umland? es que la humanidad, ante un desastre universal de las civilizaciones, abandonada a sí misma y sin medios de lucha y de defensa, se bestializara y, por atavismo, por saltos regresivos y por degeneración, volviera de nuevo al estado antropoideo. Pero si esta utopía se realizase, podemos tener la seguridad de que aún sumida en este caos surgiría con los siglos otra rama progresiva que, escaso a escaso, iría apartándose del tronco general para recomenzar el ciclo vital de la evolución fecunda.» ? [27] Si la evolución, como Darwin la expuso, es verdadera, entonces todas las maneras de vida deben ser explicables a fundamento de la acumulación gradual de chiquitas y numerosas transformaciónes en sus estructuras. Como hemos visto, tienen lugar muchas estructuras que no se pueden aclarar así. También hemos visto los vacíos del registro de fósiles que hacen inciertos todos sus ancestros. Una consecuencia más del concepto de evolución expuesto por Darwin es que, como la fosilización sucedió al azar, se deberían descubrir algunos eslabones perdidos. Pero no ha sido así. No tiene lugar ninguna evidencia fósil del cambio de manera de uno a otro grupo. No hay ningún pez fósil con una mandíbula recurso desarrollada. Todos los fósiles de peces, o tienen mandíbula o no la tienen. Sin embargo, se cree comúnmente que los peces sin mandíbula evolucionaron hasta los peces con mandíbula. Se dice que los peces evolucionaron hasta los anfibios de cuatro patas, pero no hay un fósil de pez con una aleta recurso evolucionada en pata. Esta etapa, aunque escaso útil, es definitivamente una transición necesaria para la evolución de un anfibio. No hay ningún fósil con un ala recurso evolucionada. Esta transición sucedió tres veces diferentes, según la mayoría de las autoridades científicas. Los insectos tuvieron que aprender a volar partiendo de ancestros que no volaban; lo mismo pasó con los pterodáctilos y con las aves. Como la evolución postula que esta transición o un veces, debería aumentarse la probabilidad de descubrir umi IMHIUI con un ala recurso evolucionada, pero no tiene lugar tal. El registro fósil no da ejemplos de plumas en |>ic»«-i.>.i luí aunque las plumas tuvieron que evolucionar de escamas de reptiles si los evolucionistas están en lo cierto. Ni hay evidencia de que las escamas hayan evolucionado hasta convertirse en las pieles de los mamíferos. Pero eso tenía que ocurrir si la evolución es verdadera. En todos los casos que impliquen una nueva articula fisiológica en la transición entre dos criaturas, jamás hay evidencia de maneras de transición* recurso evolucionadas. Parecería lógico suponer que des¬pués de más de cien años de estudios paleontológicos, estas maneras de transición fueran evidentes, si es que cierta vez existieron. Sin embargo, a pesar de las afirmaciones de los evolucionistas, no hay maneras intermedias entre los tipos fundamentales de organismos que se han observado, ni en el mundo actual, ni en los fósiles. Hay numerosos ?cambios horizontales? dentro de los tipos, tanto en los organismos existentes como en los fósiles, pero no hay cambios verticales, excepto la decadencia y la extinción. Es probable que tales maneras intermedias hayan existido en el pasado, como creen los evolucionistas, pero sólo tienen su fe y nada observado en la realidad. Tal vez puedan ofrecer cierto tipo de ?explicación? para los vacíos (dificultad para descubrir fósiles, evolución rápida en pequeños grupos, etc.), pero el modelo creacionista las predice. Todos esos ?eslabones perdidos? todavía están tan perdidos como en los tiempos de Darwin. Se ha escrito mucho en la literatura paleontológica con respecto a variadas líneas evolutivas. Se cree que los peces evolucionaron hacia los anfibios; éstos se convirtieron en reptiles. Estos a su vez, se nos dice que se convirtieron en aves y mamíferos. ¿Cómo se decide esto? Cuando se hace un estudio de la articula de las variadas maneras de vida, hay un hecho obvio. Algunas fracciónes de distintos animales tienen una función parecida y también una articula parecida. El tio tiene dos piernas y dos manos y el chimpancé también. Casi todas las criaturas terrestres (excluyendo los insectos) tienen cuatro miembros. Las aves tienen dos patas y dos alas; los perros tienen cuatro patas. Casi todos los animales tienen sólo dos ojos. Estos son ejemplos de lo que se llama homología. La gente se ha preguntado por mucho tiempo por qué tienen lugar esas similitudes u homologías. Theodosius Dobzhansky señala: ?El mayor asunto es éste: ¿Cómo aparece la homología? Darwin dio la solución del asunto: Los distintos organismos tienen órganos homólogos porque bajan de un ancestro común. Durante más mayorde sea la semejanza en la articula corporal, tanto más cercano está el ancestro común; entretanto menos semejanza haya, tanto más remota es la relación con el ancestro común.?