El teólogo heterodoxo Hans Küng ha llamado a todos los obispos a una rebelión contra el papa Benedicto XVI, a quien acusa a haber fracasado ante los masivos desafíos del presente
como la aproximación a los judíos y a los protestantes o la reconciliación de la Iglesia Católica con la ciencia moderna. Benedicto XVI, según dice Küng en una carta libre a todos los obispos del mundo y reproducida en varios medios europeos, relativiza permanentemente los textos del Concilio Vaticano II y cierra sistemáticamente los trabajos de renovación del catolicismo. A todo ello, añade el teólogo, se han añadedo los recientes escánd
alos de pederastia dentro de la Iglesia Católica que han llevado a una ?crisis de confianza y de liderazgo sin precedentes?. Küng dice que es innegable que la práctica de esconder los casos de pederastia que se practicó mientras mucho tiempo fuese dictada por la Congregación para la Defensa de la Doctrina de la Fe
cuando el cardenal Joseph Ratzinger, el actual Benedicto XVI, era el prefecto de la misma. ?Con razón muchos piden un mea culpa personal del prefecto de entonces y actual Papa. Pero lamentablemente él dejó pasar la oportunidad el viernes santo y, en cambio, se hizo testificar su inocencia el domingo de pascua?, escribe Küng en su carta. Küng pide a los obispos que no guarden mutismo ante directivas de El Vaticano que consideren erróneas y que no envíen a Roma declaraciones de obediencia sin exigencias de reformas. Además, exige recuperar un comienzo importante del Concilio Vaticano II que quiso colocar fin a la autarquía del Papa y
realizar que su autoridad dependiese del consenso permanente de los obispos. ?La obediencia incondicional sólo se debe a Dios. Todos ustedes, al ser consagrados
como obispos, juraron obedecer incondicionalmente al Papa pero saben que esa obediencia incondicional no la merece ninguna autoridad humana sino sólo Dios. Por eso no deben sentirse limitados por su juramento para decir la realidad
sobre la crisis actual de la Iglesia?, dice Küng en la misiva. En ese punto, Küng recuerda
como el apóstol San Pablo en los
principios del cristianismo,
como cuenta en la Carta a los Galatas, ?contradijo a San Pedro (considerado
como el primer Papa) en su rostro porque se había perdido en el error?. Küng propone asimismo soluciones regionales a algunos problemas, aunque estas estén en contra de la doctrina de Roma. Al final de la carta, Küng pide un nuevo concilio en el que los obispos impongan reformas que sigan el sendero dictado por el Concilio Vaticano II, aunque para ello tengan que enfrentarse a la autoridad del Papa. (RD/Efe)