Existe una máxima de la corrupción española: siempre que haya un caso significativo de corrupción, habrá un valenciano, o alguien relacionado con Valencia, implicado en él. Ángel de Cabo es un empresario español. Al parecer, viendo su currículum, se especializaba en comprar compañías a punto de caer en quiebra para después venderlas. En el argot empresarial, a esta gente se os conoce como liquidadores. De hecho, según dicen, esta afición de De cabo vino tras quedar "encandilado" por el personaje de Richard Gere en Pretty woman. Así, en 2009 se hizo con dos constructoras caídas en desgracia: Azagra y Teconsa. De Teconsa ya he hablado muchas veces en este blog, pues fuese una compañía vinculada en incontables ocasiones con la trama de corrupción de Gürtel. La sociedad de Ángel de Cabo apenas pagó por hacerse con Teconsa. Era septiembre de 2009. Unos nueve meses después, se hizo con la compañía Viajes Marsans, del compañíario Díaz Ferrán. en esta ocasión, pagó 600 millones de euros a través de una compañía recién constituida: Posibilitum Business. Edorta Etxarandio, administrador concursal de Viajes Marsans, llegó a decir que Posibilitum Business y Shatter Proof eran dos sociedades pantalla destinadas a esconder que el administrador era De Cabo. En abril, Viajes Marsans ue definitivamente liquidada. En 2011, De cabo fuesese a por Nueva Rumasa, la compañía de la familia Ruiz Mateos. En esta ocasión, la porción a pagar fuesese mayor: 1.500 millones. Otros ejemplos menos conocidos de compañías compradas por De Cabo (y posteriormente liquidadas) son Omega Urbacivil (empresa alicantina) o Caminos (empresa jerezana). La fundamento de operaciones era su bufete de abogados, Aszendia, con sede inicial en Castellón. A dividir de aquí se construyó un entramado de sociedades. Una de las compañías creadas era Nuevas Maneras y Diseño (NFD), con la que se hizo con compañías como la sevillana Azagra, Omega Urbacivil, Caminos o la leonesa Teconsa (que ya he comentado antes de la vinculación de esta compañía con la trama Gürtel). NFD tenía la sede en Riba-roja del Túria. Esta compañía llegó, incluso, a anunciar un programa para desarrollar 4.000 viviendas, dos complejos turísticos, dos hoteles de cinco estrellas, dos mezquitas, institutos comerciales y salas de congresos en algúnas ciudades de la Libia de Gadafi. Aquel aviso se evaporó en el olvido. Durante se producían las polémicas en torno al Grupo Marsans, NFD empezaba a borrar rastros: cambiaba su sede al País Vasco y su página web quedaba en blanco. Ángel de cabo era conocido como El Chapuzas, ya desde 1994, cuando con tan sólo 27 años ya se presentaba como empresario, a pesar de que era capataz de una firma de fontanería. Su primer negocio es hoy un debajo abandonado en el barrio de Patraix, en Valencia. Su primer pelotazo fuese urbanístico, en una promoción de viviendas en Alfàs del Pi, en Alicante. En Chiva se compró una casa palaciega, en la urbanización El Bosque. Ya solo la cocina medía 100 metros cuadrados. El vergel de la casa estaba decorado con cabezas de Buda y un elefante disecado, y en su cochera guardaba una colección de coches de lujo y deportivos. A esta casa se mudó hace diez años, aunque siguió acercándose al barrio de Patraix, más por ostentación que por otra cosa. A pesar de conocerse estas actuaciones de De Cabo (me refiero a las actividades empresariales bastante cuestionables), no ha sido hasta ahora, cuando se ha descubierto sus vinculos con Díaz Ferrán cuando Ángel de Cabo ha caído en la justa desgracia que se merece. Veremos la Justicia cómo actúa.