Muchas veces se subestima el valor de las minutas de reuniones, porque parecen algo innecesario, burocrático y una mayor pérdida de tiempo.  Efectivamente, pueden ser así, pero si se las prepara correctamente no lo serán. Se debe tratar de que cualquier reunión en el programa esté relacionada o a una tarea del cronograma o a un issue o asunto que dificulta el avance.  Eso implica que la minuta debe estar relacionada a una de estas dos cosas.  Uno de los yerros usuales es no escribir una minuta de las reuniones, lo que a menudo es motivo de olvidos, incomprensiones, malentendidos y por supuesto de conflictos que se agravan con el tiempo. Mucha gente no escribe minutas porque no sabe cómo usarlas posteriormente. En realidad, se deben usar continuamente, para revisar decisiones y compromisos previos tomados en el proyecto. Las minutas deben funcionar como la memoria colectiva del proyecto. La minuta no debe ser un documento extenso:  lo único que se debe recoger en una minuta es el resumen de las decisiones y conlusiones sobresalientes para el desarrollo usual del proyecto.